Hace
unos días, escribí sobre Rolf Reichert con motivo de su libro escrito en Conil
en 1972, Historia de Palestina. Entre las hojas del libro encontré una carta
olvidada. En ella reproducía un artículo, que había escrito él, a principios de
los años 80 del siglo pasado, titulado “Las arenas de Conil”. En dicha misiva,
además me solicitaba, por favor, le
consiguiera el escrito publicado en la revista Natura. A Rolf le preocupaba los
temas medioambientales y el deterioro de la naturaleza que podría provocar el desarrollismo
auspiciado por un mal llevado auge del turismo de masas. En aquella época un
grupo de jóvenes inquietos elaborábamos una revista crítica, Vientos del
Pueblo, que pretendía plasmar los problemas de nuestra ciudad y ser un órgano
de expresión de las ansias democráticas de la sociedad conileña. El artículo de
Rodolfo lo reproducimos en nuestra revista, y
decía lo siguiente:
“Las arenas
de Conil”
“En
la época franquista, centenares de toneladas de arena fina fueron quitadas de
la Playa de la Fontanilla, eliminadas todas las bellas dunas que había allí. No
se consideraba en aquel entonces que el fuerte embate de las olas y del viento
provocaría una nivelación de este despojo. Las consecuencias no se dejaron
esperar: hoy, las playas del Hotel Flamenco y de Fuente del Gallo, hace dos
años todavía cubiertas de arena, ya están llenas de guijarros; bañarse en esa
zona pedregosa ya es desagradable y peligroso y tenemos que considerar perdidas
estas dos playas. Por la misma causa, la laguna frente al Carril de la Fuente
se ensancha cada año más, perdiéndose así partes cada vez mayores de la playa.
Si
hemos esperado que la explotación se acabaría, nos veíamos desilusionados. En
la zona de la embocadura del Río Salado continua, y diariamente toneladas de
arena fina se quitan de allí. No necesita uno ser profeta para saber que, caso
que continúe la explotación exhaustiva en las mismas alarmantes proporciones,
la fuerza niveladora del oleaje y de los vientos tendría la consecuencia que,
dentro de quince o veinte años , de las famosas playas de Conil no quedaría
nada más que un desierto de guijarros y piedras. Las arenas de nuestra playa
son la riqueza de Conil. ¿A quién corresponde tomar las medidas necesarias para
que no se la destruya?”
Rolf
tuvo una premonición. Cada año las playas del Roqueo y Fuente del Gallo tienen
que ser recubiertas de toneladas y toneladas de arena extraídas del
aterramiento de la bocana del puerto pesquero o de las dunas sumergidas del
Placer de Meca. Cuando se rompe el equilibrio en la naturaleza, las
consecuencias se hacen evidentes.
En
1987, lo primero que hizo el grupo municipal de IU fue denunciar en la
Demarcación de Costas, la extracción de cientos o miles de toneladas de arena
en Castilnovo, paralizándose esa actividad depredadora contra nuestras playas.
Afortunadamente el espacio natural de Castilnovo está protegido por el
Ayuntamiento en el PGOU, desde principios de este siglo.
Han
pasado unos años, desde entonces, pero la preocupación por un Conil sostenible
debe ser permanente. El Conil del futuro será verde y sostenible o no será. Con
la negativa del equipo de gobierno del tripartito a actuar en la arteria verde
damos un paso hacia el pasado. Los que pensamos que el futuro de nuestro pueblo
está en peligro, debemos permanecer alertas, ante un gobierno municipal
insensato, cuyas señas de identidad son el rencor y la improvisación.
https://www.facebook.com/ondaconil/videos/1107496106921616
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