viernes, 26 de abril de 2024

 

PERFILES  FALSOS

Las personas que utilizamos las redes sociales nos encontramos demasiadas veces con perfiles falsos. En el mundo digital, un perfil falso es una persona o entidad que no existe en la vida real, con la intención de que nadie conozca su verdadera identidad para poder criticar, difamar, acosar o estafar, llegado al caso. Es una manera fraudulenta de utilizar el anonimato para engañar.



Hace poco en el ámbito de Conil, paradójicamente un perfil falso, denunciaba a 24 perfiles falsos que criticaban políticamente al tripartito gobernante, o sea un perfil anónimo denunciaba o criticaba públicamente en una red social a los otros. Hacía tiempo que no veía un ejercicio tan grande de hipocresía y cinismo. Para más gravedad este avispado perfil falso se auto titula “La verdad sea dicha”, desde ese anonimato se dedica a criticar a la oposición y a publicitar los escasos logros del equipo de gobierno. Cualquiera podría pensar que en realidad, detrás de esa falsa identidad existe alguien del equipo de gobierno municipal.

Cuando por primera vez, leí lo de “La verdad”, me vino a la mente la frase del inmenso poeta andaluz, Antonio Machado, cuando decía “Tu verdad no, la Verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela.” A ese señor o señora habría que decirle que no puede decir la verdad alguien que engaña con su identidad.

En los tiempos, de los 40 años,  de la dictadura fascista de Franco, muchos demócratas antifranquistas utilizaban nombres ficticios porque en la clandestinidad, te jugabas la vida, la integridad física o la libertad si decías lo que pensabas. La prohibición de partidos, sindicatos, de la libertad de expresión y de reunión obligaba a muchos a trabajar por la democracia de manera encubierta. Pero, ahora no es el caso. Estamos en una democracia con defectos, pero existe la libertad de expresión, por ello no entiendo a quien se esconde detrás de la nebulosa digital para expresarse y no “dar la cara”, como se suele decir en el lenguaje popular.



Estoy en contra de los perfiles falsos, de un lado y de otro, porque desvirtúan la verdad, porque la ponen en duda, la manosean  y crean una desconfianza tremenda. Los bulos, las mentiras y las noticias falsas tienen su caldo de cultivo, entre otros, en esos perfiles engañosos, que alimentan a los poderes salvajes que socavan a la democracia. Siempre he defendido la existencia de una sociedad civil crítica y articulada, con referentes reconocibles. Estos  perfiles falsos buscan desgastar políticamente al adversario, pero la pregunta es ¿Quién recoge los frutos de ese desgaste, si nadie sabe la identidad de esa persona o entidad? En política, como en otras muchas facetas de la vida, no nos podemos esconder durante mucho tiempo. Otra vez, Machado nos ilustra, en boca de su Juan de Mairena, sobre ello: “Procurad, sin embargo, los que vais para políticos, que vuestra mascara, sea, en lo posible, obra vuestra, hacéosla vosotros mismos, para evitar que os la pongan- que os la impongan- vuestros enemigos o vuestros correligionarios; y no la hagáis tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque más tarde o más temprano, hay que dar la cara.”  

Mis cuentas en las redes sociales llevan mi nombre, soy responsable de lo que opino y difundo porque, aun creo, en lo que decía Bertolt Brech “Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo como era su casa”.

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