martes, 22 de julio de 2025

 


LUZ, LA SECRETARIA


Mari Luz Rodríguez Díaz, llegó a Conil para ocupar la plaza de Secretaria General del Ayuntamiento, al ser funcionaria del Cuerpo con Habilitación de Carácter  Nacional, en el año 1991. El que aquí suscribe, acababa de estar una semana de Alcalde, renunciando a ese cargo en junio de ese año. La conocí siendo el concejal portavoz de IU en la oposición municipal. La legislatura estuvo marcada por la oposición al gobierno del PSOE, ocupando la alcaldía Nino Iglesias. La oposición contundente por nuestra parte, controlando al gobierno y presentando propuestas fue el recibimiento al aterrizaje en la corporación. Ella sufrió el daño colateral de una oposición seria y contumaz que hizo tambalearse al equipo de gobierno. Nunca tuvo un mal gesto ni una contestación inoportuna hacia nuestro grupo. Fueron cuatro años de relación respetuosa, a pesar del plus de atención que por su función tenía que prestar a los órganos de gobierno.

En 1995, cuando tomé posesión  del cargo de alcalde y durante los 17 años que estuve en él, mantuve una relación profesional de respeto, admirando algunas cualidades innatas de su persona y otras de su valía profesional. Luz, era la secretaria tranquila, con los pies en el suelo, con el temple necesario para asesorar con prudencia, manteniendo el equilibrio suficiente para comprender los momentos políticos tempestuosos que en la gestión municipal se suelen dar.

Es importante en la gestión municipal distinguir cual es el papel del político y cual el de los técnicos. El político, elegido por el pueblo se presenta con un programa para llevarlo a la práctica, el técnico aprueba unas oposiciones y su cometido profesional es aplicar las técnicas necesarias de asesoramiento o ejecución de procesos más o menos complejos, en función de su puesto de trabajo y su responsabilidad en el organigrama de la administración. Si entre el político y el técnico hay sinergia, respetando sus respectivos papeles, saldrá beneficiada la ciudadanía. Es perjudicial para una institución, que el político invada el ámbito técnico y que este, quiera hacer política desde el puesto de empleado experto. Respetar el rol de cada uno con una colaboración mutua es importante para poner en práctica los acuerdos de los órganos de gobierno de la institución. Luz, la secretaria, mantenía ese status respetuoso que permitía solventar problemas, aportando las indicaciones jurídicas para que las decisiones fueran justas y legales.

Indudablemente el tiempo en política es importante, los técnicos lo perciben de manera diferente. El cumplimiento del programa electoral, la presión de los vecinos ante demandas prometidas, el control de la oposición municipal… hacen que el cargo público desee hacer realidad sus propuestas con rapidez, lo antes posible, pues su revalida depende que la ciudadanía le otorgue su confianza nuevamente en el siguiente periodo electoral a los cuatro años. El técnico, si es poseedor de la plaza de su puesto de trabajo de manera definitiva, entiende su tiempo de otra manera. Él permanecerá en su puesto, el cargo político puede cambiar cada cierto tiempo. Comprender esta situación es fundamental para que la relación entre el técnico y el cargo político sea fluida.  Luz, la secretaria, entendía esta contradicción perfectamente, haciendo compatible ambas nociones diferentes sobre los ritmos temporales de la administración. El conocimiento y el respeto mutuo es imprescindible para que la conjunción del esfuerzo de cargo electo y el técnico, repercuta positivamente en la gestión municipal, sino fuera así, la frustración y la desgana paralizaría la administración. Mi experiencia de trabajo conjunto con Luz, fue altamente satisfactoria en lo personal y en la gestión de los asuntos municipales.

Si alguien piensa que los y las técnicas no tienen ideología están equivocados. Todas y todos tenemos ideas políticas. Luz nunca me las manifestó expresamente, eso no implica que no las tuviera. Sus actos  de servicio a la comunidad, como empleada pública*, ya lo expresaban por sí mismos. Luz, la Secretaria  Municipal llegó a Conil  silenciosamente, así se ha jubilado sin estridencias, sin fuegos de artificio. Gracias por todo.    

 

                                                        Antonio. J. Roldán Muñoz

                                                    Alcalde de Conil (1995-2012)

 

*Nota: Mi apoyo al trabajo de los empleados públicos municipales del ayuntamiento de Conil y mi rechazo a la pretensión del equipo de gobierno actual de privatizar servicios públicos.